Que difícil es vivir con una etiqueta, tan pequeña para unos, tan grande para otros, tan insignificante para unos y tan definitiva para otros. Tu etiqueta es autismo, la mía "madre mosca cojonera". Pero tanto tú como yo la llevamos con filosofía, verdad mi amor??
Tu etiqueta hace que algun@s se crean en el derecho de decidir cual es "tu techo", o todavía más... cual será tu techo... porque deben ser de esas personas que nacen con un superpoder adivinatorio, yo no creo en los superpoderes de nadie, a mí hay que explicármelo todo con los pies en el suelo no en el altar, quizá de ahí venga mi etiqueta.
Tu etiqueta hace que algun@s de es@s que tienen, o creen tener más bien, superpoderes, crean que tú también los tienes, y sí, he de reconocer que yo a diario también caigo en esa duda con todo lo que me demuestras, pero tanto como para creer que vas a aprender sin que te enseñen, pues vamos, ni yo que soy tu madre y tengo tremenda fe en ti, aunque no ciega como los que creen en Dios, fe real como la vida misma, ni aún así creo que puedas hacerlo...Tú tienes toda la capacidad de hacer mil cosas, posiblemente muchas más de las que pensamos, y muchas de ellas de la manera más natural y ordinaria, pero no las harás por ciencia infusa, como no lo hace nadie, porque NADIE NACE SABIENDO.
A lo largo de la historia de la humanidad no creo que la gente haya aprendido, por ejemplo, a leer o a escribir por si sólo, aunque siempre habrá una excepción que confirme la regla, pero tú no la eres ni tienes porqué serlo. Ha habido gente que ha aprendido en la niñez, otros en la adolescencia, otros en la madurez y otros se han muerto sin saber, y ¿la razón siempre es porque no eran capaces?, pues no, simplemente porque nadie les había enseñado. Y que irónico seria que además de no enseñarles se permitieran decir que no lo aprendieron porque no tenían capacidad, cuando ni siquiera lo intentaron, cuando no les dieron la oportunidad, cuando directamente por, por ejemplo, pertenecer a otro nivel social directamente se les negaba ese derecho. Bueno mi vida, pues a ti eso no te va a pasar, acuerdate de mi etiqueta.
Tu etiqueta hace que todo lo que hagas se deba a ella y no a lo que eres que es ni más ni menos que una persona, fíjate cualquier cosa, pues hay quien se permite ponerla por delante de eso.
Que te metes los dedos o la cremallera en la boca, pues no lo haces como infinidad de niños de tu edad, 6 años, si no que se debe a un problema sensorial, fíjate por donde a los días resultaba que se te estaba moviendo un diente, fin del problema sensorial, va a resultar que eres un niño de seis años al que le molesta que se le mueva un diente.
Que te quitan de hacer una actividad que te encanta para hacer otra que no te gusta tanto y te quejas moderadamente, pues eres un inflexible. Me pregunto si el resto de niños de tu edad sin tu etiqueta responden a algo así con la mejor de sus sonrisas. A mi en varias ocasiones me ha parecido ver escenas dantescas de otros padres con otros niños sin etiqueta, que nunca he vivido yo contigo, mi niño inflexible. Pero claro, para ellos, las califican como cosas de niños... y tú que eres??
Que vas al baño y te sales sin lavarte las manos y te lo tienen que recordar, pues entonces es que no tienes autonomía suficiente y necesitas la supervisión del adulto debido, como no, a tu etiqueta. Según esto hay cantidad de gente sin etiquetar, y si nos ponemos a hablar de los que no bajan la tapa, ni tiran de la cadena, pues ya apaga y vámonos.
Que estás sentado y te levantas o haces el intento de hacerlo pero con una simple mirada entiendes que no debes y permaneces sentado, pues no es bastante, deberías quedarte pegado al suelo o a la silla como estoy segura que harán el resto de niños, sin etiqueta, de tu edad (léase irónicamente claro), hasta que te digan que te puedes levantar.
Podría seguir enumerando otras cuantas sinrazones más de las que hacen responsable a tu etiqueta, pero merece más la pena hablar de lo que eres capaz de hacer cuando las personas que creen en ti se ponen a ello, te dan la oportunidad, te exigen esperando el máximo de ti y no el mínimo, se esfuerzan para así poder exigirte esfuerzo.
Hemos empezado en casa, con la ayuda de Alba, a trabajar a nivel curricular con altas expectativas, porque tú no mereces menos. Hasta ahora sólo habías hecho lectura global, pero como ya conoces las vocales, y también otras cuantas consonantes, vamos a empezar el método habitual, primero lectura de vocales, luego con L, M, S, P, T ....
El jueves por primera vez leíste vocales enlazadas, sólo te hicieron falta diez minutos para hacerlo, por lo que el martes empezaremos con las consonantes.
Es inevitable que me pregunte en que punto estarías ahora si esto se hubiera hecho antes, porque está claro que tu capacidad ha estado siempre ahí, pero sinceramente no me merece la pena, ahora toca ponernos manos a la obra, porque nadie, se llame como se llame, tenga los títulos que tenga, te pondrá techo, eso sólo lo puede hacer alguien que no es una etiqueta andante, sino una persona con nombre, ÁLVARO... el tuyo propio....
Te quiero mi vida....