Hoy escribo una entrada muy especial, contando algo que hace poco era un sueño y que gracias a una personita de tan sólo cuatro años se hace realidad...
He de decir que Álvaro tiene la gran suerte de contar con unos compañeros de clase que le cuidan, le protegen y sobre todo le consideran uno más. Es increible la sensación que siento cuando una madre me dice que su hijo quiere que Álvaro vaya a su cumple, cuando la niña que esta a su lado en la fila le grita a su madre "mira mamá estoy al lado de Álvaro", cuando vamos por la calle y desde lejos oigo como un niño le va diciendo a su madre "mamá es Álvaro, mi amigo de clase" y cuando pasa a su lado le saluda con una gran sonrisa. Que esté en la fila y veas como le sujetan antes de que se vaya para que la profe no le "regañe" por irse, que esté en el patio haciendo un juego esteriotipado y se crucen en su camino y lo conviertan en un juego funcional (a pillar a Álvaro, que es la primera fase antes de pasar al pilla-pilla jijijiji).... y muchas más cosas que no veré porque por desgracia no tenemos una bola mágica que podamos mirar para no perdernos detalle.
Pero lo de hoy ha sido grande, un pequeño amigo extraordinario le ha hecho un dibujo, lo ha envuelto con un folio a modo de sobre, para que no se rompiera y sin saberlo ese pequeño amigo extraordinario, con ese gesto, le ha dado a Álvaro y a todos los que le queremos la certeza de que personitas como él cambiaran el mundo. Con esa bondad que ha demostrado dándole un simple dibujo, porque pensaba que por una cosa sin importancia su amigo Álvaro se habia sentido triste, nos hace saber que para los niños no existe la inclusión porque no excluyen, que somos nosotros los adultos los que no les sabemos enseñar a aceptar las diferencias de los demás y cómo debemos ayudarles en sus dificultades, como a cada uno nos deben ayudar con las propias. El enfoque que los padres demos a nuestros hijos sobre el resto de las personas y de como respetar la forma peculiar de ser de cada uno, es lo que les hará mirar de un modo u otro.
Hoy me siento FELIZ y AGRADECIDA a esos pequeños amigos extraordinarios que están compartiendo infancia con mi pequeño principe, que le están enseñando sin saberlo tantas cosas, con la alegria y sencillez que sólo un niño puede hacerlo. Unas pequeñas personitas que también están enriqueciendose con los aprendizajes que Álvaro les ofrece, precisamente por ser tal cual es.
EL MUNDO SERIA MEJOR SI LO MIRÁSEMOS A TRAVÉS DE LOS OJOS DE UN NIÑO.....