PINTO TIENE UNA CUEVA... YO HE ENCONTRADO AL CAVERNÍCOLA
Cuando tienes un hijo con
diversidad funcional tienes la gran suerte de encontrar a personas
maravillosas, que comparten tu idea de que todos enriquecemos esta sociedad en
la que vivimos, que nadie es menos que nadie y que por lo tanto NADIE tiene
menos derechos.
También te encuentras con la mala
suerte de toparte con personas que dejan en evidencia su falta de empatía, su
egocentrismo y su idea, casi Nazi, de que hay personas de primer grado,
personas de segundo grado y después hay personas con diversidad, sea cual sea.
Pero lo realmente horrible es que
también te encuentras con un tercer tipo de personas, las realmente peligrosas,
las que te dejan una sensación de impotencia, incredulidad, decepción, además
de una cara de “soylamástonta” que hace que quieras salir de esta lamentable
sociedad que estamos construyendo.
El cavernícola y alguno más de esa misma cueva pertenecen a éste
último tipo de personas.
Álvaro lleva dos años haciendo
una actividad a la que va contento, le encanta y le beneficia como a cualquiera.
En este tiempo no ha habido ningún problema, es más en todo momento me han
hecho ver, especialmente el cavernícola,
lo orgullosos que se sentían de los
grandes avances que estaba teniendo, de lo que aportaba, de los esfuerzos que
estaba haciendo… mostrando una supuesta comprensión e implicación que ha
terminado siendo un espejismo…
Este año todo son dificultades
para que Álvaro continúe haciendo la actividad, a la que está apuntado y por la
que pago una cuota como todos, en un grupo de edad semejante a la suya. La
única opción que me dan es que esté en un grupo con niños de cuatro años a los
que dobla el tamaño y haciendo una actividad de preescolar. Álvaro tiene TEA
pero no deja de ser un niño de 9 años.
El otro grupo es de niños de 10 a
16 años al que no le permiten acceder aún teniendo una integradora social de
apoyo porque retrasaría al grupo y, palabras texturales, “No van a retrasar a todos por un niño”. Vamos
que seguro que esos dos niños de 10 años van a ser capaces de seguir el entrenamiento
de los de 16. Además insisto que Álvaro lleva una integradora de apoyo.
No puedo describir el malestar
que estaba sintiendo escuchando a los entrenadores hablándome del gran esfuerzo
que han hecho estos dos años “GRATIS” por tener a Álvaro, que ya digo que paga
la cuota como todos. No sé a qué esfuerzo se refieren porque no han
adaptado absolutamente nada, ni el entorno, ni los entrenamientos que han
seguido siendo improvisados, sin ninguna estructura ni anticipación. Supongo
que con esfuerzo se refieren a haber repetido las instrucciones a
Álvaro más de una vez, modelarle en algún momento o acompañarle en algún
ejercicio. Y esto pasaba ÚNICAMENTE cuando no estaba la persona de apoyo o yo
misma que he colaborado con ellos en todo lo que me han pedido. Supongo que con
esfuerzo
se refieren a esas llamadas que han hecho para ver si alguien les daba una
razón a la que agarrarse para no tener la OBLIGACIÓN de admitir a Álvaro,
creyendo haberla encontrado.
Como éste malestar no estaba
siendo suficiente tuvo que venir el cavernícola
a soltar por su boca llena de dientes todos los improperios y mentiras que
creyó pertinentes.
Las mentiras tienen las patitas
muy cortas y como decía Abraham Lincoln “puedes engañar a algunos todo el
tiempo pero no puedes engañar a todos todo el tiempo”
No tuvo reparos en dejar claro
que es un ser muy poco humano y no es una simple apreciación es una afirmación
en toda regla porque de otra manera no habría sido capaz de tener la poca
vergüenza de decir a una madre barbaridades tipo: “En el equipo de los mayores
no va a entrar de ninguna manera porque nos va a pasar como con el grupo del
año pasado que se han quitado todos los niños” “Le podemos dejar un huequito
para que esté ahí con la integradora” “Estás intentando imponer algo que no lo
hace nadie”, y que su cara en lugar de estar en el suelo siguiera bien alta en
el mismo sitio.
Señor cavernícola, mi hijo no ha echado a ningún niño de su equipo, si
realmente para usted, señor cavernícola,
esa es una razón como asegura nombrando a X que iba totalmente motivado pero
que por tener que hacer los juegos con Álvaro (en el entrenamiento no en
ninguna competición) perdían y eso le ha hecho no querer ir más, le digo algo: El problema lo tiene X porque en la vida no
siempre se gana, porque X no siempre será el mejor en todo y en su, espero
larga vida, habrá momentos en los que será él quien haga que otros pierdan y
normalizará el rechazo que reciba. Hasta donde yo sé uno de los principios del deporte es el
compañerismo y otro la deportividad. Y si, aunque lo dudo, la razón que ha
llevado a los padres a no apuntar a sus hijos a su actividad era que estaba en
ella Álvaro y les retrasaba (hablamos de un deporte individual y de niños de 7
a 9 años), como mandamás de la cueva
debería haber explicado a esos padres los principios del deporte que antes le
detallaba. Aunque claro eso es mucho pedir,” si en casa del herrero cuchara de
palo” como para predicar a los demás.
Mi hijo quizá haga perder juegos
pero hace ganar valores que usted, señor
cavernícola, no sabe ni que existen.
Mi hijo no necesita un huequito,
no necesita su compasión, ni su misericordia. Mi hijo tiene su lugar en el
mundo y tiene que estar dónde él quiera no donde le dejen. Nadie, ni siquiera
usted señor cavernícola, va a decidir
dejarle fuera y creerse en el derecho.
Y sí, lo confieso, intento que las cosas cambien,
que esta sociedad, que personas como usted señor cavernícola convierten en un lugar hostil para las personas que no
les hacen ganar, algún día comprenda que no hay categorías, que nadie tiene
derecho a discriminar, a infravalorar, ni mucho menos a sentir que está
haciendo un esfuerzo cuando lo que hace es respetar los derechos humanos
que otro tiene. Que todos tenemos la obligación de hacer lo imposible para
convivir, para enriquecernos de la diversidad. Es una pena que esto para usted, señor cavernícola, sea una imposición, para mí
es mi filosofía de vida. Esa es nuestra GRAN DIFERENCIA, eso es lo que
diferencia a las personas de los
sucedáneos.
Señor cavernícola, le deseo que ahora que hemos
dejado su cueva vuelvan todos aquellos que se fueron y que ninguno se convierta
en futuro cavernícola.
PLAS, PLAS, PLAS, PLAS, PLAS.......
ResponderEliminarGracias por tu apoyo incondicional
EliminarComprendo ambas posturas y ambas llevan su razón. El problema es cuando uno pone de su parte creyendo que por arte de magia ese niño será aceptado y no es así. No basta con dejarle entrar sino acompañar al resto a que lo hagan. No porque lo deciden los adultos. He visto como los propios padres de niños neurotipicos les interesa bien poco la filosofía del juego que sea, sólo quieren que su hijo destaque y sea el mejor y si el problema es un niño que retrasa pues sólo verán ese niño nada más. Y es la labor del equipo desde dentro que esto no suceda. Lamentable
ResponderEliminarEfectivamente, el equipo que además defiende valores como compañerismo y humildad y se jactan en las reuniones de decir que es una actividad que sirve de integración para niños con dificultades, si se da ese caso de rechazo, tiene que poner a los padres en su sitio
EliminarA ver.. adiós muy buenas,no hay nada que aprender ahi,no Alvaro. Ellos mucho pero que se apañen. No será el cavernícola quien decida quién corre y quién no, sólo en su compañía, que no parece aconsejable. Aupa seguro seguro que hay entrenadores de NIÑOS PEQUEÑOS que no están tan flipaos y disfrutan entrenando.
ResponderEliminarEspero que a partir de ahora ninguno más haga perder a X porque si no van a ir todos fuera
EliminarPara mí NO EXISTEN DIFERENCIAS. TOD@S SOMOS PERSONAS. QUÉ DIFERENCIAS DEBEN EXISTIR RN NUESTRA MENTE Y SOCIEDAD?. sI YA ESTÁN RECOGIDOS EN NUESTROS DERECHOS Y DEBERES.....QUÉ SE DEBE HACER AHORA PARA SER RECONOCIDOS COMO PERSONAS?.
ResponderEliminarHABLAMOS DE PERSONAS CON NOMBRES Y APELLIDOS...........QUÉ DIFICULTAD TIENE ESO?. #Yosiempreseréazul
La dificultad no está ni en mi hijo ni en ninguna persona con diversidad funcional, la dificultad, por no decir limitación, la tienen los seres como el cavernícola que piensan que están por encima del bien y del mal y pueden ir pisando derechos humanos a un niño de 9 años.
EliminarX quizás consiga batir sus marcas personales en lo deportivo pero en lo humano necesitaría algo más de entrenamiento...
ResponderEliminarEfectivamente, pero con los "entrenadores" que tiene alrededor lo va a tener muy difícil, solo espero que tenga la gran suerte en su larga vida de ganar siempre.
EliminarLo más importante es.no desesperar. Cada uno de nuestros niños encontrarán su espacio,el lugar adecuado para hacer realidad la.verdadera inclusión. Falta mucho por recorrer para la sensibilizaciòn a l sociedad, a las escuelas. Ánimo,.habemos gente luchando cada día para q suceda.
ResponderEliminarMi hijo ya tenía su lugar, ya había encontrado la actividad que le gustaba, ya había estado en esa supuesta inclusión, hasta que a este cavernícola y dos más les ha estorbado.
EliminarEso no es verdad. Algunas personas no son de este mundo. Te lo dice la madre de un autista
Eliminar"Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda". Ésta frase la dijo Martin Luther King hace muchos años. Yo hoy la hago mía ante una noticia como ésta. Es lamentable, indignante y triste comprobar que siguen existiendo entre nosotros especímenes de tan poca caladura ética ni moral. Seres que habitan en nuestra sociedad disfrazados de ciudadanos cuasi pluscuamperfectos y que sólo son vendedores de humo, charlatanes que sólo dicen lo que saben que el resto quiere oír. Antes o después la impostura se descubre y se queda en evidencia. Está usted ofertando una escuela de atletismo inclusiva, y yo desde aquí, y para que su mente retrógrada lo procese, voy a contribuir a que pueda enmendar su ignorancia en referencia a lo que vende. La inclusión es un proceso que ofrece a todos los alumnos la oportunidad de desarrollar sus capacidades, identificando y suprimiendo las barreras para el aprendizaje y la participación, partiendo del contexto y no del sujeto, dando los apoyos necesarios que garanticen el derecho a la educación y a la igualdad de oportunidades. Ésto es de obligado cumplimiento, no es opcional ni aleatorio,ni está sujeto a improvisaciones. Cuando no se lleva a cabo y las actitudes y actuaciones alteran o modifican la igualdad entre personas se denomina discriminación. Ésa es su verdadera oferta, la vulneracion de derechos. Usted está discriminando a niñ@s con diversidad funcional, acomodandolos a su gusto donde menos molestias ocasionen, donde menos esfuerzo requiera, no vaya a ser que se resienta la disposición de sus monitores al incluirlas entre sus obligaciones de voluntarios con gratituidad salarial. Yo, sinceramente, sólo puedo sentir por usted y por los de su tribu una pena inmensa, no se merecen ni siquiera mi desprecio, usted no me preocupa, lo preocupante no es la perversidad de los malvados sino la indiferencia de los buenos. También lo dijo Martin Luther King y sabía muy bien de lo que hablaba. Con la discriminación, tolerancia cero.
ResponderEliminarA ti,Alvaro,sobrino de mis amores, te digo que tengas siempre presente y guardes en tu memoria que frente a los posibles y presuntos cavernicolas que puedas encontrar por tu camino estará la tía Lola, una mujer que corre con los lobos.
Álvaro tiene la gran suerte de estar rodeado por personas que le vemos a él, sin más. Nuestra capacidad de tolerancia está directamente proporcionada con la distancia que haya entre el sujeto y la línea roja. Esa línea roja es imborrable e infranqueable, a no ser que quieran enfrentarse a toda nuestra capacidad de respuesta. Por suerte para Álvaro y desgracia para otros los lobos no nos asustan...
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